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  • Redacción GrupoDC Solutions

Incidentes con Múltiples Víctimas: Donde Terrorismo y Seguridad de Eventos se Cruzan.


Year 2 - Week 14

Resumen de la comunicación presentada por GrupoDC Solutions en el II Congreso de Seguridad y Eventos celebrado en la Universidad Complutense de Madrid los pasados 20 y 21 de abril.

Es un hecho que los últimos años han vivido un aumento del número de incidentes armados de carácter terrorista tanto en Europa como en Estados Unidos. Elementos comunes a todos estos ataques son las grandes aglomeraciones de civiles y los objetivos denominados blandos. Y sin embargo, un tercer elemento común a casos como Westgate Mall, Bataclan, Pulse, o simplemente los Campos Elíseos ayer por la noche, es que se trata de incidentes activos, en el sentido de que tanto fuerzas de seguridad, primeros respondientes y las propias víctimas potenciales, pueden tener, a través de su reacción y actuación ante los acontecimientos que se suceden en el propio ataque, un rol clave en la gestión del incidente y, especialmente, en la minimización del número de víctimas. Sin embargo, para que esta gestión tenga lugar en primer término, es perentorio contar con un modelo adaptado a esta nueva casuística, en el que se amplíe el concepto de primeros respondientes de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y servicios de emergencia, a los actores que están desplegados sobre el propio escenario de ataque y que son tanto las potenciales víctimas como los servicios de seguridad privada.

El objeto de esta comunicación es presentar un modelo de entrenamiento para la gestión de incidentes de tirador activo para personal civil, específicamente para personal de seguridad privada, un proyecto que surge como idea de GrupoDC Solutions ante la necesidad de definir mecanismos de actuación para esta primera línea de respondientes con una formación específica en materia de protección, pero también orientada a la formación del personal laboral, administrativo y directivo, vinculado a la organización del evento, pues son los mejores conocedores del mismo y sus especificidades. Partimos de la hipótesis de que un entrenamiento adaptado y adecuado a la casuística y al modus operandi reducirá los tiempos de detección e identificación de la amenaza, y especialmente los tiempos de evacuación de las víctimas potenciales y asistencia primaria a heridos, minimizando así el número total de bajas.

Para ello, en GrupoDC Solutions hemos diseñado un modelo metodológico formativo que dé respuesta a este tipo de casos, basado en cuatro ejes: el ataque y sus consideraciones psicosociales y doctrinarias, consideraciones operativas y tácticas de la gestión de este tipo de incidentes, aplicación de los dos ejes anteriores a un escenario práctico en forma de simulacro, y finalmente, la definición de variables, seguimiento y evaluación del conjunto del modelo formativo.

En primer lugar, el ataque va a incluir las siguientes consideraciones:

  • Incidente con víctimas múltiples. Se trata de aquél incidente donde los servicios sanitarios locales se hallan desbordados por el número de víctimas. Por tanto, la determinación de un incidente con víctimas múltiples variará según las capacidades de dichos servicios de emergencia, sus infraestructuras, etcétera.

  • Incidente de tirador activo. Se trata de un término empleado por fuerzas del orden, y se refiere a un individuo o grupo de individuos que deliberadamente abren fuego sobre una concentración elevada de víctimas potenciales, en un espacio cerrado o acotado. Del mismo término “tirador” inferimos que el arma de selección se trata de un arma de fuego, si bien obviamente podría tratarse de un ataque con un camión, cuchillo, etcétera, en cuyo caso cambiaríamos las especificidades propias de la gestión de la parte armada del incidente, por ejemplo en materia de seguridad física.

  • Según el perpetrador. Esta categorización resulta un elemento clave, puesto que dependiendo de su correcta identificación se observarán variaciones en la forma del ataque:

  • Amok: se trata de un síndrome en el que el individuo se comporta de forma irracional, agresiva e incluso suicida, produciendo un elevado número de víctimas heridas o mortales antes de que el acceso de violencia deje exhausto al atacante. El ataque no conlleva ciclo de planeamiento alguno, sino que se produce por una situación de estrés extremo que deriva en un estallido de violencia en un periodo breve de tiempo.

  • Pseudocomando: se trata de un desorden de la personalidad en la que un individuo de carácter narcisista racionaliza lo que él considera agravios que la sociedad –o una parte de la misma- ha cometido sobre él, buscando venganza frente a ese colectivo. Estos individuos presentan un agudo gusto por la estética y procedimientos militares, por lo que el nivel de planeamiento del ataque se asemejará más a un ataque convencional o asalto que al desorganizado caso de amok.

  • Lobo solitario: Es probablemente la figura más mediática y controvertida de las tres. ¿Se trata de un individuo más con problemas mentales o de adaptación social, es un caso de radicalización, o es un cruce entre las tres variables? La respuesta no es sencilla, y aunque los factores de radicalización influyan, posiblemente éstos se hallan mediatizados por una personalidad narcisista típica del pseudocomando. Sin embargo, este individuo da un paso más en la preparación del ataque al revestirlo de consideraciones ideológicas y operativas, donde el hecho de actuar en solitario es un elemento racionalmente elegido que forma parte del modus operandi por razones logísticas y de seguridad.

  • Dentro de esta categoría vincularíamos los casos de terrorismo jihadista perpetrados por individuos, bajo la figura del mujahid munfaridun, donde la selección del modus operandi, en este caso el incidente de tirador activo, tiene un trasfondo ideológico de generar un impacto mediático y psicológico en la sociedad-objetivo, como representante de un poder establecido que el grupo terrorista, en este caso representado por actores como el Estado Islámico o al-Qaeda. Nuevamente, se trata de una figura altamente ideologizada y cuya formación operativa se realiza de forma autónoma gracias a los órganos de propaganda desarrollados por ambas organizaciones, tales como las revistas Inspire o Dabiq (en la actualidad Rumiyah), que proveen de conocimientos operativos básicos, guías para la selección de objetivos y, especialmente, pautas operativas acerca de las tácticas más efectivas a nivel de letalidad y mediático para llevar a cabo en ataques individuales.

En segundo lugar, respecto a consideraciones operativas, los protocolos de respuesta se deben adaptar y ajustar al tipo de objetivo y a quiénes son los primeros intervinientes. Dos precisiones terminológicas son necesarias:

  • Objetivo blando. Son aquellos lugares de uso civil, sin medidas de seguridad pasiva especiales, vulnerables porque el nivel de percepción de seguridad subjetiva de sus usuarios es alto, puesto que se trata de lugares en su mayoría de ocio o esparcimiento. Con frecuencia se trata de lugares de titularidad privada, por lo que sus medidas de seguridad también se hallan vinculadas a seguridad privada, por lo que los protocolos de actuación son elementos clave para paliar la más que probable asimetría de capacidades.

  • Intervalo de respuesta. Es el tiempo transcurrido desde que el atacante efectúa el primer disparo hasta que es neutralizado por las fuerzas de seguridad. La duración media de un incidente de tirador activo es de unos cinco minutos, con una ratio de una víctima cada quince segundos, mientras que el tiempo medio de llegada de los primeros respondientes de FFCCS y SEM varía entre los once y los quince minutos. Es en este intervalo cuando los servicios de seguridad privada y personal laboral de la organización se convierte en primeros respondientes en la escena.

  • Finalmente, el protocolo de respuesta debe adaptarse a la existencia de este intervalo de respuesta y a los primeros respondientes en la escena. Por ello nuestra propuesta aúna la sistematización de los protocolos Run-Hide-Fight y CASIM a las especificidades y capacidades de dichos respondientes. A ello unimos las nociones de TCCC, orientado hacia el tratamiento de víctimas con hemorragias masivas bajo fuego o amenaza de fuego en condiciones de seguridad. Y finalmente, protocolizar y definir los mecanismos de evacuación en presencia de las fuerzas de seguridad.

En tercer lugar, los contenidos teóricos se aplican en una simulación práctica de incidente de tirador activo sobre las instalaciones del evento o recinto de esparcimiento. La clave de dicho ejercicio es poner en prácticas las técnicas de detección estudiadas en el módulo teórico, mejorar la fluidez en la comunicación intraorganizacional y a FFCCS y SEM e iniciar los protocolos de respuesta, especialmente de evacuación y atención primaria a heridos de forma eficientes. La ejecución del simulacro queda operacionalizada a través de un sistema de variables que nos permiten cuantificar tiempos de respuesta y su adecuación a los parámetros de efectividad determinados en base al tiempo estimado de intervalo de respuesta.

En conclusión, la praxis en cuanto a seguridad de eventos y objetivos blandos precisa una revisión que pasa ineludiblemente por la formación, mejorando las capacidades de primeros respondientes en la escena en detección de conductas sospechosas, alerta temprana de incidentes, gestión y mitigación del número de víctimas potenciales. Y ello, finalmente pasa por la concienciación de la sociedad en su conjunto, de forma integral, dejando atrás las divisiones clásicas respecto a primeros respondientes.

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