Week 50 - Year 4
ISSN 2603 - 9931
GEOPOLÍTICA INTERNACIONAL: conflictos convencionales, insurgencia. Desde la elección del Presidente Trump, la política internacional se destacó por sus divergencias en cuanto a lo que puede considerarse como procesos y relaciones diplomáticas normales. Es probable que esto continúe en 2020, Trump impulsará su agenda populista, en un esfuerzo a largo plazo para distraer la atención nacional ante su posible juicio político. Esta agenda tendrá como consecuencia la continua retirada de la influencia diplomática y militar estadounidense lejos de problemas globales, permitiendo a las grandes potencias tales como China y Rusia que puedan continuar desarrollando sus esferas de influencia en Europa del Este, el Medio Este y África. Al mismo tiempo, un segundo nivel de naciones se sentirán cada vez más libres de hacer lo mismo de manera local, como Turquía, Siria o Irán en Irak.
Como resultado de esta tendencia fragmentaria, la estabilidad mundial se verá cada vez más afectada por las relaciones entre un mayor número de estados pequeños. La falta de interés de los regímenes chino y ruso en los derechos humanos y otras normas legales reconocidas, excluirá cualquier intervención militar basada en requisitos de derechos humanos, pero permitirá su apoyo encubierto por cualquier régimen que pueda ser útil para sus socios. Esto ha estado ocurriendo durante algunos años en Siria, donde el gobierno del presidente Assad ha retomado casi por completo el territorio rebelde con el apoyo implícito de Rusia, un desarrollo que ha convertido a Putin en un importante intermediario en la política de Oriente Medio. En un entorno en el que la intervención militar global no es una obligación para los líderes populistas, organizaciones como la OTAN (dañada por las tensiones entre América del Norte y Europa) y la UE (que se enfrenta a problemas políticos y económicos sin la presencia del Reino Unido y con el crecimiento de las naciones de Europa del Este) serán cada vez más irrelevantes. En este ambiente, las tensiones de larga duración entre la India y Pakistán, Arabia Saudita e Irán y Rusia y Ucrania tienen más probabilidades de estallar en un conflicto convencional. La eventual finalización del programa Aegis, el sistema de defensa antimisiles en tierra en Polonia en 2020 garantizará sin duda la seguridad de los países del Este a las naciones europeas, pero no puede garantizar que la OTAN sea capaz de dar forma al entorno geopolítico de la década siguiente sin un fuerte liderazgo de los Estados Unidos y sin el pleno compromiso de sus miembros. En el plano político interno, es probable que los movimientos independentistas cobren más impulso a medida que el populismo y el nacionalismo siguen siendo rutas fáciles para las victorias electorales de los políticos cínicos. Tras el éxito del referéndum de independencia de Bougainville en noviembre de 2019, la población de Nueva Caledonia se sentirá más cómoda para votar una vez más por la independencia de Francia, después de haberlos rechazado por poco en noviembre de 2018. Tras el Brexit (ahora programado para enero de 2020), los nacionalistas escoceses presionarán por otro referéndum de independencia, mucho más probable que tenga éxito esta segunda vez. Más allá de 2020, esto fomentará el regreso al caos político en Irlanda del Norte, y potencialmente un referéndum sobre la independencia o la reunificación con la República de Irlanda.
INESTABILIDAD ECONÓMICA: disturbios civiles, crimen. Se espera que todas las tensiones mundiales se vean acentuadas por la inestabilidad económica. Algunos think-tanks del 2019, que advierten de una recesión mundial a mediados o finales de 2020, cuando los gobiernos que operan en sus propios intereses y las disputas comerciales entre los principales bloques financieros conducirán al segundo gran choque mundial de este siglo. Aunque los temores son menos pronunciados que hace seis meses, muchos sienten que la recesión sólo se ha retrasado en lugar de evitarlo. Incluso si se puede evitar la recesión, entonces más lentamente que de costumbre el crecimiento todavía es probable. Una gran reducción en la fabricación de EE.UU. en 2019, y una desaceleración en su industria de servicios así como los análisis de niveles de crecimiento han llevado a los principales economistas estadounidenses a predecir una desaceleración del crecimiento del PIB de EE.UU. al 2% en 2020. La confianza de las empresas estadounidenses ya ha empezado a ser erosionada por la guerra comercial y por predicciones pesimistas, con las empresas reduciendo su inversión extranjera para prepararse ante un difícil período. Estados Unidos reanudará las conversaciones comerciales con China en agosto. Si estas conversaciones no aumentan la confianza en los mercados internacionales, entonces las continuas tensiones comerciales harán que los costos de los viajes aumenten a corto plazo mitigando la demanda de viajes internacionales y afectando potencialmente los precios del petróleo.
A medio plazo, un fracaso para llegar a la conciliación en Shangai conducirá a un declive económico mundial, con un impacto a largo plazo en la seguridad política de todo el mundo, especialmente en las principales zonas productoras de petróleo, como el Oriente Medio,Rusia y Venezuela. Los líderes mundiales que no están preparados para la inseguridad económica se enfrentarán a problemas como el desempleo y la disminución de la inversión pública, y es más probable que recurran a las políticas populistas nacionales para asegurar la reelección, con el resultado inevitable de que los países con ingresos medios experimenten niveles más altos de disturbios civiles que en años más recientes.
TERRORISMO: atentados terroristas, interrupción del transporte, disturbios civiles. Las tendencias terroristas reflejan un entorno cambio para el jihadismo internacional. El Estado islámico puede haber sido derrotado en Oriente Medio, pero su influencia ha crecido dramáticamente en el Sahel a lo largo de 2019. Grupos como Ansaroul Islam, JNIM e ISGS (efectivamente franquicias del Estado Islámico y Al Qaeda), se verán envueltos en un conflicto convencional a gran escala con las unidades militares del G5 en el Sahel, o con nuevos despliegues del Op BARKHANE liderado por los franceses. Los ataques islamistas en Burkina Faso han aumentado mucho en 2019 así que las invasiones en Costa de Marfil, Ghana, Togo o Benín son más probables en 2020. Las naciones occidentales continuarán siendo objetivos para ataques islamistas bien planeados y bien coordinados, así como la violencia de los terroristas "lobo solitario". Sin embargo, el terrorismo en Occidente todavía puede tomar un nuevo camino a medida que la sociedad comienza a aceptar los problemas relacionados con el cambio climático. Cada vez es más probable que jóvenes activistas medioambientales coordinados, comprometidos, flexibles y desplegados estén listos para enfrentarse a las elites políticas occidentales con una violencia que puede equivaler al terrorismo.
Al mismo tiempo, el creciente populismo de derechas de grupos particulares se centran más en cuestiones de empleo que en preocupaciones medioambientales, llevará a violentos disturbios civiles en las calles europeas entre activistas políticamente comprometidos pero de muy diferentes grupos sociales.
INSEGURIDAD AMBIENTAL: peligros naturales, perturbación del transporte, delincuencia. A un nivel más existencial, los efectos dañinos del cambio climático sobre los viajes globales persistirán. Los incendios forestales de California y los incendios forestales de Australia continuarán traumatizando y perjudicando los respectivos viajes nacionales, ya que temperaturas globales más altas alteran los patrones climáticos.
Otros problemas actuales como el fracaso de los procesos agrícolas en África, causado por el clima, serán un tema de actualidad en Occidente, las sequías y la hambruna han afectado al sur de Sudán y a Zimbabwe en 2019, y gran parte del sur y el sur de Sudán se han visto afectados. Se puede esperar que África oriental corra el riesgo de sufrir problemas similares. Lluvias torrenciales en la República Democrática del Congo, Kenia, Côte d'Ivoire, han destruido las cosechas y arruinado las comunidades, algo que se reproducirá en 2020. En un entorno de este tipo, en el que los recursos esenciales son escasos, la gente se volcará hacia el crimen; una vez que los recursos de seguridad del estado estén desbordados y la inseguridad generalizada será inevitable. En noviembre de 2020, se celebrará en Glasgow una importante conferencia de la ONU sobre el cambio climático, con más de 30.000 asistentes, la mayor cumbre climática desde París 2015. Los tratados acordados en París ya han sido rotos por los países más influyentes del mundo, incluyendo a los Estados Unidos, así que no se espera que esto tenga ningún impacto a largo plazo.
En última instancia, el continuo crecimiento industrial de China y la India no verán ningún acuerdo duradero ni ningún cambio en las políticas relacionadas con las emisiones de carbono y el cambio climático. Sin el liderazgo de países como los Estados Unidos y China, es difícil que seamos optimistas sobre el futuro del entorno natural. Bloques políticos más amplios como el europeo, la Unión Africana y las Naciones Unidas pueden aumentar su participación y tomar la iniciativa en esta cuestión. Un nuevo régimen en la Casa Blanca podría tener un impacto dramático en la dinámica política mundial sobre el cambio climático.
ATRACCIONES MUNDIALES: perturbación del transporte, delincuencia, terrorismo. En 2020 se celebrarán por lo menos tres grandes eventos mundiales, todos los cuales crearán posibles objetivos para el terrorismo y posibles puntos de ruptura diplomática. La Exposición Mundial, que se celebrará en Dubai, presentará un atractivo objetivo a los terroristas islamistas. El terrorismo en los Emiratos Árabes Unidos no se ha manifestado en ningún atentado importante, pero el arresto ocasional de individuos con conexiones con grupos como Al Qaeda es un recordatorio útil de que la proximidad del país a Arabia Saudí, Irán y Yemen lo hace vulnerable. Su estrecha alineación diplomática con Estados Unidos (ha apoyado la misión estadounidense en Afganistán) aumenta el riesgo de que este gran evento, que se espera atraiga a muchos visitantes globales, sea un objetivo. El Campeonato de UEFA del 2020 se celebrará por primera vez en una serie de ciudades europeas en vez de en una sola nación anfitriona. Aunque esto permitirá una mayor distribución de la carga y de los ingresos de viajeros y turistas, ejercerá una mayor presión sobre la inteligencia nacional y la lucha antiterrorista para cooperar con sus aliados europeos a fin de prevenir ataques importantes contra objetivos vulnerables. Aunque los riesgos para los viajeros en la mayoría de los países europeos son bajos, ciudades como Bakú y St. Petersburgo causarán problemas a los aficionados que no estén preparados para un entorno de seguridad más estricto, o para con una burocracia problemática sobre la entrada y los visados. Los viajeros a Rusia y Azerbaiyán tendrán que organizar de antemano, mientras que el estatus de los viajeros británicos en los países de la UE todavía no está claro en un país post-Brexit. Es muy probable que los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en Japón, se gestionen de forma segura y eficiente. El La Copa Mundial de Rugby 2019 demostró que la burocracia y la infraestructura japonesa pueden procesar, acomodar y manejar con seguridad un gran número de aficionados de un espectro de naciones y culturas con eficiencia. Sin embargo, la reciente prohibición por parte de la Agencia Mundial Antidopaje de la bandera rusa y de el himno nacional aumentará las tensiones diplomáticas. Como los atletas rusos buscarán encontrar otras naciones, el Kremlin puede tratar de encontrar maneras de distraer la atención mundial de Japón y tratar de probar su virilidad de alguna otra manera, que podría ser cualquier cosa, desde las pruebas de ICBM hasta las nuevas operaciones en Ucrania o el Cáucaso.
CYBERCRIME: crimen, interrupción del transporte. Se prevé que el uso de Internet a nivel mundial llegue a 5 millones a finales de 2020, el riesgo mundial de ciberdelincuencia, especialmente de los hackers y cibercriminales especializados en Rusia, seguirá siendo una preocupación para empresas e instituciones internacionales. El Proyecto de Ley Soberana de Internet, aprobado por la legislatura rusa en el verano de 2019, concede ahora a Moscú mucho mayor control sobre el acceso de los rusos a Internet, aislando a los usuarios de la red mundial de la comunidad de la misma manera que el gobierno chino. Esto facilita a Moscú limitar la capacidad de los hackers rusos para atacar a las empresas y la infraestructura de Rusia. Sin embargo, en el al mismo tiempo, animará a los hackers a dirigirse a instituciones extranjeras en su lugar, con la implícita y extraoficial apoyo del Kremlin. Es muy probable que las elecciones presidenciales de los Estados Unidos sean el objetivo de los hackers con el apoyo de los rusos, tratando de propagar la inestabilidad a lo largo de la campaña, de la misma manera que el 2016 la campaña electoral se vio afectada por el secuestro de los medios de comunicación social y la difusión deliberada de información errónea. La facilidad y la rentabilidad con la que los activos cibernéticos rusos podrían manipular la información de los sistemas electorales de Estados Unidos y plataformas de medios sociales ha sido una lección para otros estados, es probable que otros regímenes, como los de Teherán y Pekín, traten ahora de copiar las tácticas rusas para propagar la desorganización en sus propias esferas de influencia. Es probable que esto beneficie a la campaña de reelección de Trump, ya que los opositores verán la continuación de su mandato como un factor de ayuda en la perturbación de la economía mundial y normas diplomáticas.