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  • José M. Gutiérrez - Asesor Táctico e Intervención

Pautas de actuación en un incidente armado y necesidad de formación.


Year 3 - Week 5

ISSN 2603 - 9931

Siguiendo en la línea iniciada con la “Guía de Prevención de Ataques con Vehículos”, es primordial incidir en la formación de la ciudadanía en primeros auxilios ante lesiones producidas con motivo de ataques armados o atentados. El concepto de incidente activo se basa precisamente en remarcar el rol de las víctimas potenciales en la minimización del número de bajas, pero para ello el conocimiento acerca de cómo gestionar este tipo de situaciones es un elemento clave.

Una vez ocurrido el ataque y encontrándonos con vida así como con capacidad de garantizar nuestra propia supervivencia y la de terceros, deberíamos activar rápidamente nuestra conciencia situacional, nuestro mindset para reaccionar lo más rápido posible y empezar a salvar vidas y mitigar los efectos del ataque.

Como Intervinientes Inmediatos -que podemos definir como aquellas víctimas y víctimas potenciales que se encuentran en el lugar del incidente cuando éste se inicia y desarrolla, en contraposición al primer respondiente, que es el personal policial y sanitario que acude en primera instancia a gestionar el incidente tanto desde el punto de vista táctico de neutralizar la amenaza como desde el punto de vista de la asistencia médica-, habremos de mantener la calma, reconocer el entorno y empezar a actuar de forma ordenada. Varios son los protocolos de actuación a seguir, centrándonos en este artículo en la integración de dos de ellos, el representado por el acrónimo P.A.S. – Proteger, Alertar, Socorrer -, y el que constituye un marco general para la gestión de este tipo de incidentes armados, el denominado CORRE-ESCÓNDETE-LUCHA/AVISA

El primer paso a llevar a cabo, una vez que hemos reconocido que nos hallamos en una situación de peligro, es el de ponernos a salvo, bien sea “corriendo” o evacuando la zona caliente o zona donde se está produciendo el ataque, o, en caso de que la evacuación no sea viable, escondiéndonos. Así, correr y esconderse se asimilan en el protocolo PAS a “protegerse”. Una vez que nos encontramos, pues, en un lugar seguro, independientemente de si se trata de la zona caliente o no, pero en el cual tenemos unos básicos para garantizar nuestra seguridad activaremos secuencialmente el resto del acrónimo PAS, continuando con ALERTAR: una vez que estoy “Protegido” voy a alertar al 1-1-2 sobre lo que acaba de ocurrir. Para ello, he de tener en cuenta varios aspectos:

1.- Pondré mi teléfono en modo “SILENCIO”. En caso de verme inmerso en un incidente activo el sonido del móvil e incluso su iluminación puede atraer la atención del atacante o atacantes.

2.- Tendré en cuenta que las comunicaciones de telefonía móviles pueden estar colapsadas, anuladas a causa del incidente, o bien interrumpidas de forma voluntaria o involuntaria por las propias autoridades.

3.- Antes de transmitir la información al operador he de hacerme un esquema mental o incluso en forma de notas si dispongo de los elementos necesarios, para comunicar, de forma ordenada, concisa y lo más clara posible, los siguientes datos básicos:

- Dónde me encuentro.

- Quién soy.

- Qué ha pasado.

- Qué veo.

- Si hay más gente en mi zona segura: cuántos somos, características de edad y posibles lesiones, etc.

4.- Cuando tengo estructurada la información que quiero transmitir, hacer un repaso mental de la misma, respiración profunda y concentración para que una vez establecida la llamada pueda transmitir al operador del 1-1-2 toda esa información e incluso contestar a sus posibles preguntas de una manera calmada, clara y concisa. Debes recordar mantener un volumen y tono de voz suficientemente discreto como para no delatar mi posición a un posible atacante. Ten en cuenta que “TÚ” en ese momento eres los ojos y los oídos que hay sobre el terreno para los equipos de emergencia hasta su llegada.

Una vez alertados los primeros respondientes, procederemos a “SOCORRER”. Debemos recordar que nuestra seguridad personal es clave, por lo que auxiliaremos a otras víctimas SIEMPRE con cabeza, frialdad y sentido común. Si hemos llegado a este punto del procedimiento P.A.S. , es muy posible que no tengas lesiones o estas sean muy leves, pero también puedes tener lesiones graves que debido al coctel de hormonas que se ha producido en tu cuerpo con motivo de este suceso traumático hayas funcionado en modo automático sin ser consciente de ellas. De nuevo, para, respira y autoexplórate buscando heridas exanguinantes, si las tienes trátalas. y si no evalúa a quiénes tienes en tu zona de seguridad realizando un triaje o clasificación según la gravedad de las lesiones, teniendo en cuenta que habrás de priorizar tu actuación sobre aquellas personas que en primer lugar tengan pérdidas masivas de sangre y en segundo afectación de vías aéreas. No olvides que posiblemente te encuentres en zona caliente, por lo que tu actuación ha de estar supeditada siempre a tu seguridad, por lo que es muy posible que otras maniobras de primeros auxilios no sean viables sin comprometer tu integridad física o la de quienes te rodean. Si próximos a tu zona segura hay víctimas, procura mantener tu mente fría y no abandonar tu seguridad para intentar salvar a otras personas. Sí, suena cruel, pero has de evaluar la condición física, el estado de consciencia y las lesiones de las personas que ves fuera de tu zona de seguridad y antes de realizar alguna acción de rescate analizar si podrás acarrear a una persona más corpulenta que tú, a una persona que aun siendo menos pesada que tú está inconsciente por lo que no colaborará, si las lesiones que tienen son incompatibles con la vida, si no muestra signos vitales, etc. Por ello debes de tratar de establecer comunicación con las víctimas que estén conscientes (si están inconscientes, lo mejor que puedes hacer es colocarlas en posición lateral de seguridad y ocuparte de socorrer las otras) e intentar que sean ellas las que se desplacen hacia tu posición y una vez en zona segura asistirlas. De otra forma además de la víctima a quien pretendes socorrer es muy posible que sin esas pautas seas tú la siguiente víctima que yazca a su lado.

Finalmente, retornamos al protocolo básico. Tras evacuar o escondernos –ponernos a salvo y protegernos- alertar a los primeros respondientes y socorrer en la medida de nuestras posibilidades y sin abandonar nuestros parámetros de seguridad personal, sólo restan por hacer dos cosas más: esperar y, en caso de peligro inminente para nuestra vida, luchar por ella.

Llegados a este punto, la prioridad es mantener la seguridad del grupo hasta que los primeros intervinientes o primeros respondientes –Fuerzas y Cuerpos de Seguridad- lleguen a tu posición, esté en la zona caliente o en la templada. Mientras esto ocurre debes estar preparado para responder al atacante en caso de que éste se acerque a tu lugar seguro y tu vida y la de las personas que te acompañan corra peligro inminente. Primero, no pierdas la ventaja de la conciencia situacional: mantén en la medida de lo posible la comunicación con el 1-1-2 para que cuenten con información en tiempo real a la hora de su intervención, y realiza chequeos periódicos de la situación de seguridad tanto tuyas y de las personas que te acompañan como de las víctimas cercanas –recuerda, sin arriesgar tu propia seguridad-. Transmite calma y confianza a las personas o víctimas que se encuentran contigo para tener un grupo cohesionado y colaborador. No subestimes a nadie, pero analiza los perfiles de cada persona, apóyate en las personas que aporten positividad y ayuden al equipo y evita a las personas que puedan representar un riesgo, asignándoles roles en la que se sientan útiles, y, si es posible, intenta reforzar cualquier potencial punto de acceso para el atacante a vuestra posición.

En caso de ir armado afianza tu posición, busca tu ventaja táctica y planifica posibles puntos de acceso de los atacantes para que llegado el caso puedas luchar por tu vida y la de tu grupo, a quien habrás de organizar como fuerza de defensa bien con armas si las hubiera, bien con elementos de defensa de circunstancia, establece un plan. Mientras, recuerda que el sigilo es tu aliado, y espera.

Una vez llegados a tu punto los Primeros Respondientes policiales, sigue sus indicaciones y ayuda a los demás a que colaboren. Ten en mente que las FFCCS estarán todavía buscando amenazas activas, por lo que no debes hacer gestos bruscos y si vas armado arroja las armas lejos de ti, para que no supongan que eres una amenaza. Podría decirte que te tumbases boca abajo, las manos visibles, etc. Sin embargo, la mejor directriz es seguir con exactitud y al pue de la letra las indicaciones que te den, colabora e informa de todo. Recuerda que hasta que no estés plenamente registrado e identificado no serás trasladado a la siguiente zona y posiblemente ni siquiera serás asistido.

Hasta aquí nada nuevo bajo el sol, al menos en nuestra realidad próxima. Pero para conocer, para ser mejores, hemos de leer, estudiar, intercambiar conocimientos con aquéllos que viven otras realidades que se nos antojaban lejanas hasta hace poco tiempo, pero que ahora vemos cada vez más cercanas y con muchas posibilidades de que se den en nuestras calles. En Israel y EEUU, países de referencia en los que ataques vehiculares e incidentes de tirador activo distan de ser hechos excepcionales, tanto sus autoridades como sus ciudadanos están muy concienciados a nivel social de su rol en la estructura de seguridad nacional desde sus distintas posiciones y, a nivel particular, en cómo actuar en este tipo de situaciones, por lo que toda la información y procedimientos que recibamos de ellos nos serán, sin duda alguna, de gran utilidad.

Y aquí es donde realmente comienza el contenido de este artículo. En la necesidad de hacer llegar a la ciudadanía este tipo de conocimientos enfocados a salvar vidas independientemente de su profesión, ya que todos somos “víctimas potenciales”, y en consecuencia todos somos “Intervinientes Inmediatos”, sin importar nuestra profesión o nuestro estado.

“La vida de la víctima está en manos de aquél que realiza la primera asistencia en el lugar donde se produce el incidente”.

La Directiva Política Presidencial 8 (2015) de Preparación Nacional promulgada por la Administración del POTUS Barack Obama, con alcance nacional y aplicación en todo EEUU, busca la preparación de la ciudadanía en este campo, entendiendo que es una responsabilidad compartida entre el Gobierno de EEUU, los sectores privados, organizaciones sin ánimo de lucro y el ciudadano individual. Esa responsabilidad compartida de carácter multidisciplinar tiene la base en que cualquier persona en la escena de un atentado, ataque armado, catástrofe, etc., puede actuar como interviniente inmediato, salvando vidas si saben cómo y qué hacer.

En esa línea multidisciplinar surge la iniciativa del Homeland Security con el programa “Bleeding Control”, la cual apoya la citada Directiva del Gobierno de Obama. El objetivo de este programa es compartir recursos formativos sobre el control de hemorragias como principal patrón lesional presente en incidentes armados, y en consecuencia, primer causa de muerte en los mismos en ausencia de atención temprana prehospitalaria. Y, partiendo de esta premisa, surge también en España el Proyecto “Evita una muerte, está en tus manos” como extensión del Programa norteamericano Bleeding Control en su vertiente de formación para la ciudadanía denominado “Stop The Bleed, Save a Life” La esencia de este proyecto radica en instruir al ciudadano de a pie, sea cual sea su profesión, en la identificación de los peligros que aparecen en un incidente armado, violento o en una catástrofe y cómo manejarlos, así como que ese mismo ciudadano pueda con los medios de que disponga. evitar muertes y minimizar la letalidad de las lesiones, tratando hemorragias exanguinantes, problemas en la vía aérea y en la respiración de la víctima.

En esta formación del ciudadano se busca dotar de herramientas muy básicas pero altamente efectivas a éste como “interviniente inmediato”, dentro de la cadena la supervivencia o cadena asistencial. Si bien encontramos similitudes con la cadena de supervivencia en otras materias de la supervivencia como es en la reanimación cardiopulmonar – RCP., la principal diferencia se encuentra en el específico entorno de amenaza en que el interviniente inmediato se encuentra, lo que hace que la asistencia se vea mediatizada por los pasos previos ya mencionados que buscan la autoprotección del propio ciudadano que presta la asistencia.

Cadena de Supervivencia

Estos eslabones han de ser sólidos “per se” y entre ellos, sin olvidar hasta dónde puede llegar cada actor en cada uno de ellos. Para ello es clave que el interviniente inmediato esté familiarizado con los primeros procedimientos asistenciales en control de hemorragias, a su alcance con la pertinente formación, para garantizar la supervivencia de la víctima cuando ésta pueda ser atendida por los servicios de asistencia sanitaria especializados y, en última instancia, permita su evacuación a un hospital.

En España se vienen realizando desde hace aproximadamente tres años cursos impartidos por instructores certificados en PHTLS, TCCC, LEFRTCC así como personal médico y enfermeros de extrahospitalaria, dirigidos a personal civil sin ningún tipo de formación táctica previa. Estos cursos, impartidos por la rama española del programa Stop the Bleed, “Evita una Muerte, está en tus manos” son gratuitos para este perfil de asistentes, y garantizar el aprendizaje y manejo de los procedimientos básicos de colocación de torniquetes y empaquetamientos de heridas, así como técnicas básicas de acarreo. La formación es certificada, una vez superada satisfactoriamente la jornada, por el propio programa Stop The Bleed. Dicho programa formativo tiene una duración de seis horas, de las cuales cuatro de ellas son exclusivamente dedicadas a los diferentes talleres/escenarios, como parte de un protocolo de formación establecido desde la propia organización Stop the Bleed. Este dato es de vital importancia para prevenir la aparición -como ya ha venido sucediendo en los últimos meses y como a nosostros nos consta- de cursos no ajustados a dicho protocolo con formadores que carecían de la habilitación pertinente en el momento de impartir el programa: por ello es importante hacer un llamamiento a los responsables que contratan dicha formación, ya que cuando hablamos de salvar vidas, no debemos "comprar" a la ligera.

De igual forma se han celebrado cursos dirigidos a personal de FFCCS, FFAA y emergencias con mayor grado de especialización en lo relativo a tácticas y en el empleo de materiales tales como torniquetes comerciales, parches torácicos, vendas hemostáticas, vendajes compresivos, acarreos, etc., donde entran en consideración aspectos operativos acerca del entorno en que este tipo de incidentes se desarrollan y en el que este perfil de alumnado actuaría como primer respondiente. La finalidad añadida de estos cursos y en especial de los dirigidos para el personal indicado en el párrafo anterior, es que este personal sea catalizador y transmisor de esos conocimientos a la ciudadanía en general, de forma gratuita con los recursos que el Programa pone a su disposición, garantizando la cadena formativa y de concienciación ciudadana.

Las herramientas existen, con altas cotas de profesionalidad en el diseño de sus programas formativos. Falta la concienciación de que la amenaza, por muy improbable que parezca, existe, y si se materializa vendrá acompañada de un alto nivel de letalidad. Esta concienciación pasa por la implicación de todos los actores sociales, desde la administración pública a la ciudadanía pasando por las organizaciones privadas.

Porque todos somos víctimas potenciales, todos somos –debemos ser- intervinientes inmediatos.

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